«El modelo económico actual ha demostrado ser incapaz de dar respuesta a las necesidades de la humanidad, por eso necesitamos nuevas formas de producir»
– Gunter Pauli, Autor de la Economía Azul
Por ahí de 1978, el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora, implementó junto con la Universidad de Arizona, el proyecto de cultivo intensivo para camarón azul, (Litopenaeus stylirostris). Bajo el liderazgo del Lic. Murrieta Saldivar y todo un equipo de colaboradores que creyeron que el cultivo de camarón sería una alternativa factible.
El modelo era prometedor, adelantado a su época incluso, estanques pequeños, bajo techo, a manera de invernadero, agua de pozo y por supuesto dietas y manejo especializado; todo en un entorno académico, alcanzando producciones de entre 4 y 5 kg/m2.
Sin embargo, la realidad fuera del entorno científico y académico era otra. Cultivos en estanques de tierra, a cielo abierto y con grandes extensiones. Granjas en los estados de Sinaloa y Nayarit, con producciones mucho menores, pero con costos de producción igualmente más bajos. El modelo similar al de Ecuador, país líder en esta actividad y la especie en cultivo, camarón blanco, Litopenaeus vannamei.
Sonora se integra después con inversiones privadas, seguido de un gran impulso de inversión gubernamental, con un agresivo programa social, donde Don Hilario Valenzuela y su equipo, desde el gobierno, promueven el desarrollo de 5,000 ha. de camarón, como Alternativa a solicitantes de tierra, (donde ya no había tal). Así que los solicitantes agrícolas ahora seríanlos nuevos acuicultores. Ahí nace lo que se conocería después como los parques acuícolas de la Atanasia, el Tobari, el Siari, y Melagos en Sonora, ejemplo nacional de organización y acuicultura.
Al paso del tiempo, hoy tenemos importantes superficies de cultivo (aprox 26,000 ha), mercados más integrados y ni qué decir de los procesos de producción, sin duda más avanzados y manejados con más experiencia. Así mismo nuevos retos ciclo tras ciclo; en el tema de enfermedades hay nuevas y no tan nuevas; más de 6 o 7 patógenos altamente agresivos donde una vez que se presentan, tienen o tuvieron, impacto en las poblaciones con mortalidades superiores al 85%, prácticamente acabando con los camarones y con los dueños de los camarones, afectados por los compromisos económicos adquiridos. ¿Y en mercados? día a día más globalizados; nada fácil.
Con base en el Anuario estadístico de acuacultura y pesca de 2018, la producción en México, fue de 230 mil toneladas de camarón, de las cuales la acuicultura aportó 158 mil ton, valor cercano al 70%, bajo el modelo semi intensivo. Hoy, si bien no han sido publicados aún, las cifras que aporta el cultivo de camarón son significativamente mayores, ya que tanto 2019 y 2020 fueron buenos años en producción.
¿Novedades? A casi 45 años de distancia, vemos como el estado de Nuevo León, México (estado no costero), aparece en el desarrollo del cultivo de camarón. Sin duda un modelo similar al del CICTUS, sin embargo muy superior considerando los avances tecnológicos, en materiales, dietas, cepas en cultivo, mano de obra, entre otros.
Producción bajo un sistema cerrado que pretende un volumen de 250 ton. de camarón y acceder a los mercados de forma continua, y con una calidad difícil de superar, suministrando a un nicho selecto de consumidores. Jorge Lango, buen amigo y al igual que muchos, un convencido de la acuicultura de camarón se ha enfocado en los temas intensivos en sistemas cerrados.
«Claro que se puede, ya lo hice, lo más difícil fue encontrar a los inversionistas». Nos comparte el concepto que en 2022, estima estará en producción.
¿Estaremos ante la nueva tendencia de producción? Habrá que esperar la respuesta del mercado; líder y rector en los productos globales (comodities), como el camarón, aunque aquí ya hay en principio una diferenciación y enfoque a un nicho.
Es claro que para México, el cultivo intensivo de camarón, no fue la tendencia en el modelo de producción, sin duda los criterios económicos fueron preponderantes, como los son hoy, sin embargo es posible que debamos reevaluar la propuesta.
Hoy el medio ambiente y la huella ecológica son factores de diferenciación en producción y en los mercados, y los consumidores parecen estar tomando la decisión de darles un valor adicional.
Esperamos que la formación de los recursos humanos vaya de la mano, clave para que estos modelos sigan avanzando.
Gracias Jorge por compartir, y bienvenidos los nuevos inversionistas, quienes parecen estar de acuerdo con Gunter Pauli, Autor de la economía azul y nuevos modelos de producción.
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