“Ataque de tiburón en el sur de Sonora”Se lee en redes y prensa, sobre el tema y por supuesto múltiples puntos de vista. Yavaros es una comunidad costera en la zona sur de Sonora, México, con menos de 4 mil habitantes.  Comunidad que vive principalmente de los  recursos pesqueros como: camarón, jaiba, almeja, callo de hacha, caracol chino, lisas, tilapia, chihuil, lenguado, sierra, chano, tiburón y manta raya, entre las  principales especies que se explotan. 

Justo el día 12 de febrero de 2022, era un día normal para Victor Estrella y Martin López, uno buzo y el otro cabo de vida, para ir a extraer callo de hacha. Seguro un banco1  que ya conocían y venían trabajando desde hace tiempo.  Victor, con experiencia de más de 20 años, incluso certificado, conocía bien su actividad y por supuesto las precauciones de su quehacer. Lamentablemente tuvo un encuentro con un tiburón blanco, de una talla estimada de entre tres y cuatro metros y el desenlace fue fatal. La distancia, fue a 17.7 km del muelle. 

Es aquí donde se presentan situaciones encontradas sobre cómo actuar. Sobra decir que surgen voces que promueven un ejercicio de búsqueda y captura del tiburón. La  desesperanza de la familia, pero sobre todo, el riesgo que consideran latente, sigue ahí. Más vivo que nunca. La pérdida es real, no hay duda. Muchas preguntas y  todas de difícil respuesta. Por otro lado, se tiene que continuar trabajando. ¿Qué más hacer? Si la pesca  es el sustento de su economía.

La autoridad por otro lado, en razón de lo cercano de la temporada vacacional, está buscando cómo manejarlo.  Ya que a escasos kilómetros existe una zona turística (Huatabampito) que en la semana mayor prácticamente llena la orilla por completo, son kilómetros y kilómetros de familias que asisten de manera diaria a la zona. 

No es la primera vez que ocurre un ataque de tiburón. En 2017 en la parte norte del Golfo de California en la comunidad de Puerto Peñasco, Sonora, la situación fue similar. Gran consternación en la gente, con especial impacto en los dedicados a la pesca y más aún, en los dedicados al buceo. 

Una vez ocurrido el ataque, se puso más atención y fue posible detectar más tiburones en la zona, y obviamente, evitar buceos de trabajo hasta dejar de  detectar avistamientos. De entonces a la fecha no se ha presentado otro desafortunado encuentro, sin embargo sí ha habido avistamientos. 

La pregunta obligada es, ¿qué deberíamos  hacer en estos casos? Me parece que lo más importante sería  detallar al máximo el evento, a fin de caracterizarlo con los más elementos posibles. ¿Cómo ocurrió? ¿Lugar y hora? ¿Equipo del buzo? ¿Qué hacía? ¿Era deportivo? ¿Traje brillante, algún diseño o color particular? ¿Qué capturaba? ¿Utilizaba un compresor? ¿Era buceo libre o con tanque? ¿Extraía peces,  almejas o callos de hacha? ¿Realizaba alguna instalación industrial? Todo cuenta.  

Hoy con las tecnologías que existen podemos complementar a más detalle la zona, como temperaturas, corrientes, hora del amanecer y atardecer, migración de poblaciones, épocas reproductivas de otras especies, prácticas pesqueras en la zona, y todo ello a su vez comunicarlo al experto. A fin de que llegue hasta el ISAF (International Shark Attack file); Archivo internacional de ataques de tiburón; para que se pueda analizar, sistematizar y  evaluar. En los casos que sea posible incluir  fotografías de las lesiones en la víctima, y por supuesto restos de dientes o tejido en caso de haber. 

En México, el experto al que he recurrido ya en dos ocasiones es el Dr. Mauricio Hoyos  Padilla. Quien además de apoyar a las víctimas explicando sobre el caso, incluso proporcionó equipos de protección en una de las ocasiones, a fin de que los probaran y analizaran sus ventajas. Siempre poniendo a disposición sus conocimientos, que ya suman años, con el propósito de capacitar y mostrar a los tiburones tal como son, y no como nos lo han presentado en las películas. 

En su libro El gran tiburón blanco: Protector de los océanos, presenta información ordenada con la que es posible concluir que los humanos no somos su dieta. Sobre todo si tenemos en cuenta lo limitado de los ataques;  (en el Golfo de california, 2; parte norte, Puerto Peñasco, Sonora en 2017 y al sur, Yavaros, Sonora, 2022). 

Los tiburones no nos están buscando, en todo caso se podría decir que  nosotros a ellos sí. Basta ver las pesquerías o los aprovechamientos de aleta, donde son cortadas estas y el cuerpo regresado al mar, donde estos aún vivos fallecen por las heridas o por los demás depredadores. 

Lo ocurrido es más un desafortunado encuentro del buzo con el tiburón en su hábitat,  que un  ataque como tal. La mordida es la forma de acceder a la presa para evaluar si puede ser o no alimento. Ciertamente han evolucionado para que una vez que tenga acceso a ella, la capture y esta no pueda escapar, pero todo ello es parte de su naturaleza. No de una persecución deliberada. Es un cazador, pero no de humanos,  Mauricio Hoyos detalla (op cit):

“Son altamente selectivos, después de que detectan que no son una presa con suficiente valor energético la liberan. Estos animales tienen una digestión muy lenta y si consumen presas no óptimas, su tracto digestivo se retarda. Ello los hace muy selectivos en lo que comen”. 

El tiburón blanco es un depredador tope que se alimenta de peces, lobos marinos y ballenas muertas. Mantiene el equilibrio en las poblaciones de sus presas al comer animales heridos, viejos y enfermos, y contribuye a la salud del ecosistema marino. Cabe destacar que en México está protegido por Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, la NOM-029-PESC-2006 y por SAGARPA como especie en peligro y se prohíbe su captura vivo o muerto.

Los depredadores tope en la cadena alimenticia juegan un rol esencial sobre los mesodepredadores2  ya que controlan las poblaciones de estos. Los  estudios de ecología sobre estas poblaciones muestran que al retirar al depredador tope, las mesodepredadores crecen al menos 4 veces más, con el impacto respectivo. Todo pescador sabe qué ocurre cuando aparecen los lobos marinos sobre su red. 

Cabe destacar entonces  el rol de los tiburones y en particular del tiburón blanco, como depredador tope en la cadena alimenticia marina. Son necesarios, por eso están ahí. El Dr. Mauricio  Hoyos, señala que sus ancestros surgieron hace 400 millones de años, durante el periodo Devónico de la Era Paleozoica. Esto significa que los primeros tiburones ya existían antes de que hubiera animales en los continentes y de que los primeros insectos volaran.

Insisto, el ataque de tiburón es un lamentable accidente y debe ser considerado como tal. Y como tal debe tratarse, documentarse y buscar generar la protección de los buzos. Equipos  especializados, evitar escenarios que favorezcan otro incidente (agua turbia, cielo nublado, cerca de una colonia de lobos marinos, etc.) nuevas prácticas, quizás un buzo de protección (guardaespalda) y otro de trabajo,  que permitan detectarlos y  ahuyentarlos, y por supuesto finalizar la inmersión.  Incluso seguros de vida,  a fin de paliar en cierta medida el duelo, que sin duda es difícil.   

Debemos contar con mayor educación, modelos  de información y difusión rápida, fortaleciendo la prevención. Toda asociación, todo instructor de buceo, todo alumno, todo prestador de servicio debería conocer el ABC, ante estos eventos. 

Asimismo, urge invertir más en investigar y  proteger a la especie. Es necesario continuar documentando sus rutas, temporadas  de ingreso al Golfo de California, horarios, hábitos; a la vez del estudio de  otras especies que son alimento y que en temporadas pueden coincidir con esta especie. Recordemos que el cambio climático tendrá impacto en muchas especies, y muchas están conectadas, más en el océano. Las señales están ahí, aunque a veces no son claras a nuestro entendimiento.     

Este escrito es una muestra  de respeto a las familias afectadas por el encuentro con los tiburones, pero a su vez trata de dejar un testimonio sobre el evento, la especie, experto a quién consultar, agradecimiento al  Dr. Mauricio Hoyos, por  su apoyo desinteresado y especialmente tratando de transmitir un mensaje. El planeta tierra no solo es nuestro, sino de todas las criaturas que coexistimos en él. Es tiempo de empezar a asimilar la diferencia entre un accidente y  un ataque.     



1  Área donde se encuentra una cantidad importante de producto,ej. banco de almejas, ostión.
2 Cazadores generalistas y versátiles, con la capacidad para alcanzar altas densidades poblacionales y causar grandes impactos sobre una amplia gama de especies presas.
Hoyos-Padilla, E. M. 2017. El gran tiburón blanco: protector de los océanos. Publicación especial #3, Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel. 120 pp.
La importancia de los grandes depredadores: un repaso exhaustivo de las investigaciones más recientes.
JEREMY HANCE EN 25 FEBRERO 2010 
A Euan G. Ritchie and Christopher N. Johnson. Predator interactions, mesopredator release and biodiversity conservation (Interacciones entre depredadores, liberación de mesodepredadores y conservación de la biodiversidad). Ecology Letters. Volume 12, Issue 9.

2 comentarios en «Encuentro desafortunado entre el buzo y el tiburón»
  1. Excelente artículo, los accidentes, porque este sin duda lo fue, no nacen , se hacen, es regla de buceo no realizar inmersiones en número impar en este caso una sola persona,… esta regla básica del buceo desafortunadamente no la siguió este pescador de callo, que por cierto QEPD!!

  2. Muy claramente descrito colega. Nadie quiere que se presenten nunca este tipo de desafortunados encuentros y menos con este tipo de desenlaces…. QDEP

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *