“Del 16 al 19 de mayo 2023, se llevará a cabo la 12ava Sesión del subcomité de Acuacultura de FAO; será en Hermosillo Sonora.” Así lo anunció Octavio Almada Palafox, Comisionado de la CONAPESCA, (comisión responsable de la atención a la pesca y acuacultura en el país). (Expreso, 18 de abril 2023, periódico local).
No sé si fue FAO (Organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación) quien solicitó que el capítulo respectivo fuera en México o fue el Comisionado Almada quien lo gestionó, cualquiera que sea el caso es una gran noticia y una gran gestión.
FAO es el referente mundial sobre temas asociados a la alimentación y combate contra el hambre. Con alcance en sus análisis desde políticas públicas, en temas como: cambio climático, sanidad, suelos, entre otros. Incluyendo por supuesto, análisis y tendencias en las actividades productivas. Finalmente todo lo que tiene que ver con hacer llegar los alimentos a las mesas de todos.
16 de octubre 1945: Creación de la FAO
En la ciudad de Quebec, Canadá, el primer período de sesiones de las Naciones Unidas establece a la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como un organismo especializado de la ONU. Washington D.C. es designada sede temporal de la FAO.
1946: Reunión especial sobre problemas urgentes de la alimentación
La FAO estimó que para el período de cosecha de 1946-1947 habría una gran brecha entre la demanda y la oferta, y presentó una serie de medidas correctivas. Boyd Orr, Director General de la FAO, propuso que la FAO asumiera la responsabilidad de movilizar recursos para contener la crisis. La Reunión Extraordinaria, a la que asistieron 70 gobiernos, es el primer proyecto a gran escala y ambicioso de la FAO para ofrecer datos sobre el hambre.
Encuesta Alimentaria Mundial
Una de las primeras tareas de la FAO desde su fundación fue realizar una encuesta para comprender mejor el estado mundial de la nutrición. La primera Encuesta Alimentaria Mundial de la Organización proporcionó un cuadro completo de la situación alimentaria en el mundo, la cual permitió confirmar —con la ayuda de documentación científica concreta— lo que ya se intuía sobre la gravedad de la situación del hambre y la malnutrición. A pesar de tratarse de una encuesta poco precisa según los estándares actuales, incluyó a 70 países y significó un intento innovador de analizar el estado mundial de la alimentación.
Años después, en 1952, 1963, 1977, 1985, y 1996 realizarían las 2da, 3era, 4ta y 5ta encuesta. Todas generando importantes tendencias asociadas a temas alimentarios. En la 3er encuesta se detectó que del 10% al 15% de la población mundial estaba subalimentada y casi la mitad padecía hambre, malnutrición o ambas. En la 4ta, la evidencia obtenida de una serie de países revela que del 25% al 50% de los niños pequeños está padeciendo algún tipo de malnutrición, es decir iba en aumento. Y así todas y cada una generando información relevante al tema.
En 1984 aparece la pesca con visión de largo plazo y en 1995 presentan el primer código de conducta de pesca responsable.
El Código, adoptado por más de 170 países, ha sido elaborado para garantizar una explotación sostenible de los recursos marinos. Dicho instrumento proporciona principios de ordenación sostenible y aborda el desarrollo de la acuacultura.
¿Y qué dice el código de pesca responsable?
La pesca (que incluye la ordenación, captura, elaboración y comercialización de poblaciones ícticas) y la acuacultura (cría de peces) constituyen una fuente importante de alimentos, empleo, ingresos y esparcimiento para la población de todo el mundo.
Millones de personas dependen de la pesca para su subsistencia. Si se quiere que haya pescado suficiente para las generaciones futuras, todos los que intervienen en la actividad pesquera deberán contribuir a la conservación y ordenación de las pesquerías mundiales.
Teniendo en cuenta esta situación, más de 170 Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) aprobaron el Código de Conducta para la Pesca Responsable en 1995. El Código es voluntario, no obligatorio, y está destinado a todos los que trabajan e intervienen en la pesca y la acuacultura, independientemente de si lo hacen en zonas continentales o en los océanos. Como el código es voluntario, es necesario asegurar que todos los que trabajan en la pesca y la acuacultura cumplan sus principios y objetivos y adopten medidas prácticas para aplicarlo.
El Código de Conducta, que consiste en una colección de principios, objetivos y elementos para la acción, tardó más de dos años en ser elaborado. Representantes de los miembros de la FAO, organizaciones intergubernamentales, la industria pesquera y organizaciones no gubernamentales trabajaron larga y duramente para llegar a un acuerdo sobre el Código. Por ello, es el resultado de un esfuerzo de muchos grupos diferentes empeñados en la pesca y la acuacultura. A este respecto, el Código representa un consenso o acuerdo mundial sobre una amplia gama de cuestiones de pesca y acuacultura.
Así podemos ver como en 2014 se declara la Iniciativa sobre el crecimiento azul relativa a los océanos. La cual se basa en la premisa de que los ecosistemas oceánicos saludables son más productivos y constituyen la única forma de garantizar economías sostenibles basadas en los océanos. Así mismo tenemos información desde 1995 hasta 2022, sobre el estado mundial de la pesca y acuacultura, (la más reciente en 2022).
Es claro el nivel de la reunión, es un organismo de la Organización de Naciones Unidas, (ONU); es clara la importancia de la acuacultura hoy en día, como recursos generadores de alimentos a partir de procesos sustentables, con capacidad de crecimiento. Si bien los registros son históricos; con las innovaciones, nuevas tecnologías, pero sobre todo con las investigaciones, estamos tocando apenas las puertas del sistema generador de alimentos a partir del agua. El recurso más amplio en el planeta.
Sin embargo, hay aún quien sostiene que no existe una política pública en materia de pesca y acuacultura en México, en razón de que se eliminaron gran parte de los programas y subsidios, a partir de los fondos perdidos.
Vaya revés a esas voces e ideas; el ver que mediante la gestión y el trabajo en equipo, han logrado hacer sede a México, y a Sonora del capítulo de Acuacultura, mundial. Atentos a identificar políticas, tendencias, tecnologías, aportar y sumarse a ellas.
Hoy se hace política pública con visión de Estado, considerando ejes como seguridad social, educación, alimentación y sobre todo paz social, todo sustentable; que es ahí donde la acuacultura se destaca. Generando empleo formal la mayor parte del año y arraigo a sus comunidades, con un importante proceso de educación y formación ambiental y de manejo del agua, sin duda es alimento de calidad y todo en su conjunto promueve paz social.
Definitivamente como resultado de la politica aplicada y las novedades a partir de la reunión de este capítulo de FAO, habrá mucho por hacer. Quizá tardamos un poco, pero lo relevante era empezar y todo indica que ya se inició. Habrá que estar atentos a las tendencias y propuestas. Después de todo, son un referente mundial.
De los mensajes principales de la última reunión, destaca el posicionamiento de la acuacultura en el sector alimentario global:
“La acuacultura tiene un gran potencial para alimentar y nutrir a la creciente población mundial, pero el crecimiento debe ser sostenible”
“Los sistemas alimentarios acuáticos son una poderosa solución. La transformación azul puede abordar el doble desafío de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.”
Mucho éxito, que estamos seguros así será y habrá que estar atentos para iniciar con los cambios que este tipo de reuniones, siempre proponen y promueven. ¿Estará proxima una Direccion General de acuacultura en el país?
Bien por CONAPESCA y todo su equipo, que con gran entusiasmo, y hay que decirlo, poco presupuesto, van avanzando. Y si esto no es hacer política pública… ¡Ah caray! pues como se le parece…
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FAO. 2022. El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2022. Hacia la transformación azul. Roma, FAO. https://doi.org/10.4060/cc0461es
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